T i p s
Una publicación en apoyo de los productores de setas
Artículo del mes de Marzo de 2002
Artículo del mes de Marzo de 2002

Entre estos materiales figuran la cascarilla del arroz, la pulpa de café, cascarilla de algodón, entre otros. No se recomienda utilizar los substratos invadidos por micelio una vez que han finalizado las cosechas, ya que el riesgo de contaminación de los materiales nuevos es muy alto.

Pero, ¿qué hay de la cepa que se emplea para hacer la inoculación de los granos? resulta una pregunta importante, ya que si no se tiene la cepa adecuada, no se podrán tener los resultados de producción esperados, aunque todo el proceso de la elaboración de semilla haya sido el correcto.

Las diferentes especies del género Pleurotus (P. ostreatus, P. pulmonarius, P. columbinus, P. djamor, P. citrinopileatus, P. cornucopiae, etc.) son relativamente fácil de aislar en el laboratorio para obtener la cepa, sin embargo, la manipulación posterior de estas resulta complicado. En primer lugar se hace una selección cuidadosa del micelio, el cual se colocará en diversos medios de cultivo con diferentes fuentes de almidón y proteína; así mismo, se recomienda mantener temperaturas estables de incubación (20 a 28 grados centígrados).

                
(Continuará...)


                         
LA IMPORTANCIA DE LA "SEMILLA" O INOCULO EN LA PRODUCCIÓN DE HONGOS (I)
Por Conrado Soto Velazco*
Para la producción de inóculo se utilizan diversas semillas que se lavan e hidratan. Las más comunes en México son el sorgo, el mijo y el trigo.
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* Artículo publicado en Boletín Integración, CUCBA, Universidad de Guadalajara. Volumen 2,  año 5, número 28, septiembre del 2001 (reproducido con autorización). Fotos tomadas del manual "El Cultivo De Las Setas" (Pleurotus spp.) del mismo autor, prensa de la Universidad de Guadalajara, 1998.
Buzón electrónico del autor: csoto@cucba.udg.mx ó conrado@setascultivadas.com

Conrado Soto Velazco es actualmente profesor investigador de la Universidad de Guadalajara en el área de los hongos comestibles cultivados e imparte cátedra en dicha institución.
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Uno de los aspectos clave para tener éxito en la producción de hongos comestibles, es la semilla o inóculo, el cual debe de ser de la mejor calidad posible; esto se refiere entre otros muchos aspectos, a que debe de estar libre de contaminantes, ya sea bacterias, virus o mohos, los cuales si no se perciben a simple vista, el productor no los puede detectar. Asimismo, la humedad del grano es un factor importante que nos va a permitir la presencia de otros microorganismos contaminantes, por tal motivo durante la elaboración del inóculo, se debe de vigilar este factor.

El grano que se emplea para elaborar el inóculo también resulta importante, ya que si bien es cierto en la bibliografía se recomienda el empleo de varias gramíneas, como el arroz, cebada, maíz, centeno, etc., por lo general se utiliza el trigo , sorgo o mijo, los cuales por su disponibilidad y precio en las diversas regiones de México, han tenido una amplia aceptación entre los productores de inóculo.

Cada uno de estos granos tiene su grado de dificultad para su empleo en la elaboración de inóculo, como por ejemplo: el trigo si no se le da la humedad adecuada, tiende a "explotar" quedando de este modo expuestos los almidones, los cuales son fácilmente invadidos por levaduras, mohos o bacterias; en el caso del sorgo por ser la materia prima en la elaboración de alimentos balanceados para ganado, muchas veces es manejado de forma inadecuada, y en algunas ocasiones viene contaminado por mohos, por lo que solo el productor de inóculo experimentado, sabe distinguir los granos mas apropiados.

Por otro lado la hidratación de los granos de sorgo y los de mijo, resulta complicada si se intenta con el simple remojo en agua. Sin embargo, estos dos últimos granos por su pequeñez, al momento de realizar la siembra cubren una mayor superficie en el substrato, permitiendo una mejor invasión del micelio. También existen otros materiales que se pueden utilizar en la elaboración de inóculo, con resultados positivos, pero no tan altos u óptimos como los obtenidos con los granos.
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