T i p s |
Una publicación en apoyo de los productores de setas |
Artículo del mes de Marzo de 2003 |
Algunos de los errores más comunes que cometen los cultivadores de setas Pleurotus (IV) |
Por Jaime Rodríguez Abitia* |
Por el uso inadecuado o indebido de pesticidas: 52) Efectuar fumigaciones de manera irregular. Cuando esto ocurre los sobrevivientes se recuperan y se vuelven resistentes a los pesticidas mal aplicados. 53) No respetar las concentraciones del producto. Si un empleado prepara la fórmula, bien podría emplear menor concentración para robar. Otras veces ni siquiera saben cómo medir o pesar o no tienen con qué; incluso muchos son analfabetas (y digo muchos porque más personas de las que imaginamos suelen ocultarlo por vergüenza -o temor a ser despedidos- hasta que son descubiertos por las consecuencias de sus actos); por lo tanto juegan a la lotería... incluso con ellos mismos. 54) No aplicar adecuadamente el producto. ¡Aquí hay varias barrabasadas posibles! (escoja la que más le agrade o le acomode a su caso personal): a) Se embarran o mojan con el pesticida. b) Lo agarran midiéndolo con las manos (si es un polvo) c) No utilizan traje de fumigar ni mascarilla ni botas ni se protegen los ojos ni usan guantes. d) Fumigan a diestra y siniestra en lugar de hacerlo desde el fondo hacia la puerta de salida. e) Aplican a cualquier hora del día en lugar de hacerlo al final de la jornada de trabajo, por lo el resto del personal puede pasar inadvertidamente a los cuartos recién fumigados (de hecho conozco el caso de una planta de champiñones y setas Pleurotus en que aplicaban diazinon al mediodía con un dispersor colocado en un tractor que bañaba los pasillos externos de las naves y el operador pasó a mi lado sin la menor precaución rociándome y cuando le llamé la atención mostró una indiferencia completa lo mismo que uno de sus superiores cuando le conté lo ocurrido). 55) Usar siempre la misma fórmula Sin discriminación alguna, lo que favorece la aparición de supervivientes resistentes a los pesticidas empleados. 56) Aplicar productos de alta residualidad en las zonas de producción. Obviamente quienes “van a cargar con el pato muerto” (es decir, los perjudicados) van a ser los consumidores; recordemos que no todos los seres humanos practican una conducta ética y responsable o bien están desesperados ante una posible quiebra. De ahí la importancia de desarrollar técnicas de cultivo libres de venenos. Para prescindir o reducir al mínimo la aplicación de pesticidas consúltese Tips de enero de 2002; los materiales filtrantes allí descritos pueden sustituirse por papel blanco de cuadernos escolares comunes y corrientes, siempre y cuando las bolsas no se trasladen a lugares distantes varios kilómetros. |
Cuarta parte: Los errores más frecuentemente cometidos en plagas y enfermedades (51 al 64)... |
Jaime Rodríguez Abitia |
Por negligencia: 49) No controlar las plagas y contaminantes desde el principio. Es decir, dejan que proliferen a niveles que se salen de control: insectos, ácaros, tlaconetes, ratones, mohos, coprinos, pezizáseos, tizón, etc. y luego chillan porque casi no hay setas qué cortar. Es mucho más económico y sencillo prevenir que remediar. Una planta infestada es todo un desafío tanto en esfuerzos humanos como en gasto de dinero. 50) Dejar las bolsas contaminadas con moho o albergando larvas blancas de insectos dentro de la granja. Estas bolsas son centros de reproducción del enemigo, ya sean mohos, moscas u otras cosas. Las corrientes de aire, los insectos, ratones y la gente son medios de transmisión muy eficaces (llamados “vectores”) de los contaminantes microscópicos que rápidamente reinfestan todas las áreas cercanas, incluyendo los cuartos de desinfección térmica y de siembra por lo que el sustrato recién sembrado es colonizado por los microorganismos invasores y el mal se agrava cada vez más (“contaminación cruzada”) en un efecto similar a la bola de nieve que va creciendo hasta convertirse en avalancha. Se forman cada vez más cantidad de bolsas contaminadas que a su vez producen más contaminación hacia las áreas de siembra y pasteurización en un círculo vicioso que llega a ser catastrófico si no se frena a tiempo. En cuanto a los insectos, aunque las bolsas sólo muestren larvas blancas al principio, éstas se transformarán en pupas y luego en una inmensidad de nuevas “mosquitas” que se elevarán formando verdaderas “nubes” listas a reproducirse y depositar sus huevecillos en las bolsas del área de incubación. Desafortunadamente ningún pesticida matará las larvas metidas en las bolsas por lo que habrán de tirarse sin misericordia lo más lejos posible de la granja. Ninguna trampa de aceite o luz ultravioleta podrá contener una invasión masiva de voladores por lo que lo mejor es la prevención mediante un buen programa de fumigación o mediante la aplicación de filtros de respiración inmediatamente después de la siembra evitando así picar o rasgar las bolsas (consulte Tips de enero de 2002 para mayor información y el . inciso 56 de este mismo artículo). |
51) Pasear alegremente por toda la granja sin ton ni son, entre todas las áreas. Cuando esto ocurre el propio personal se encarga de diseminar perfectamente las plagas y enfermedades. He visto personalmente como algunos empleados, a pesar de haberles indicado lo contrario, se meten temprano por la mañana a regar las naves de corte (que son áreas de alta probabilidad de contaminación) y luego con toda tranquilidad y desfachatez entran a sembrar sin cambiarse de ropa ni bañarse; su filosofía es sencilla: después de todo, ellos no perderán de su dinero cuando toda la siembra se tire. En otros casos los mismos patrones, por negligencia o vacilación, no se deciden realmente a establecer y mantener la disciplina hasta que ven todo su dinero en el bote de la basura. |
Bolsa empapada en aceite para monitoreo de voladores |
Las zonas de corte se van contaminando con el tiempo |